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Editorial 1067

 


Por qué hacer el bien

 

"Haz el bien y no mires a quién" Así reza un antiguo refrán.

 

Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han plasmado la sabiduría popular en refranes que se han transmitido de generación en generación. Los refranes contienen tanta sabiduría que podían convertirse en un manual de orientación para la vida.
Los refranes están hechos de experiencia y de sentido común. Entre miles de refranes no he encontrado ni uno solo carente de lógica.

 

Los seres humanos somos el resultado de lo que pensamos, de lo que sentimos, de lo que hablamos y de lo que hacemos. Nuestras ideas, sentimientos, palabras y acciones nos modelan, día a día, de forma lenta, pero profunda.

 

Cuando pensamos bien de la vida y de la gente, alimentamos nuestra mente con ideas positivas que generan emociones positivas, lenguaje positivo y acciones positivas, que nos transforman en seres superiores; pero, si pensamos mal, entonces generamos emociones de odio y envidia que nos afectan física y mentalmente. Más del 70% de las enfermedades se deben a problemas de somatización, es decir, a ideas, sentimientos, actitudes, palabras y acciones que van en contra de las leyes naturales de la vida.

 

La vida es muy compleja, es lucha y competencia, es aprendizaje y renovación. Necesitamos cuidar nuestras actitudes o nos convertiremos en víctimas de nuestros propios errores.

Cada día resolvemos cientos de retos, pero, apenas tenemos conciencia de los hechos más sobresalientes, debido a que actuamos de forma casi automática, condicionados por hábitos aprendidos. Si los hábitos son correctos, avanzaremos hacia el éxito, en caso contrario, causaremos nuestra propia desgracia.

Esta forma automatizada de vivir nos hace bastante inconscientes, por lo que causamos muchos problemas a nosotros mismos y a los demás.

 

Al final, cada uno es lo que hace de sí mismo a través de sus ideas, sentimientos y acciones.

 

Para hacer el bien necesitamos superar la soberbia y el egoísmo y desarrollar humildad, genesosidad, sensibilidad y otros muchos sentimientos humanos que ayudan a la expasión del yo.

 

Cuando ayudas a los demás obtienes algo que no puedes comprar en ninguna parte, obtienes felicidad.

 

En 2002 un estudio de la Universidad Emory de Atlanta demostró que ayudar a los demás estimula zonas de nuestro cerebro asociadas al placer. “En realidad, este hallazgo significa que estamos configurados genéticamente para ayudarnos los unos a los otros”

 

El altruismo es algo básico en nuestro funcionamiento cerebral, está codificado en nuestras neuronas, es más que una cualidad moral que suprime los instintos egoístas.

 

Además, según investigaciones de la Universidad de Yale, la vida se prolonga entre cinco y ocho años si nos mantenemos activos física y mentalmente y si tenemos una actitud positiva, aspectos que están en la base de la cooperación y ayuda a los demás. Sentirse útil a cualquier edad y hacer algo por los demás es básico para la salud física y mental y para ser feliz.

 

Nacemos con la capacidad de querer ayudar a los demás, aunque la recompensa no sea evidente. El altruismo es innato en los seres humanos y también es aprendido, por lo que, podemos potenciarlo o ahogarlo.

 

Transcribo un correo que acaba de llegarme de El País de Uruguay  


El presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, dijo que planea regalar toda su riqueza, informó la revista Fortune.
Cook, de 54 años, dijo a la revista que planea donar su fortuna a la caridad después de asegurar la educación de su sobrino de 10 años.
Fortune estimó la riqueza neta de Cook, basándose en las acciones que posee en Apple, en unos 120 millones de dólares. También tiene títulos restringidos con un valor de 665 millones de dólares si fueran plenamente devengados.
Cook sigue el ejemplo de otros 38 multimillonarios estadounidenses que se han comprometido a donar, al menos, la mitad de sus fortunas a organizaciones caritativas. Esta iniciativa fue impulsada por el creador de Microsoft, Bill Gates, y por el multimillonario Warren Buffet en el marco del proyecto The Giving Pledge, que podría traducirse como “el compromiso de dar”

Estos millonarios sienten la necesidad de ayudar y dejar una huella en la  vida, más allá de sus empresas económicas.

 

Ayudar a los demás genera felicidad

 

Compartir tiempo con los demás y ocuparse de otros, no solo da felicidad, sino que es bueno para la salud. Muchas investigaciones relacionan altruismo con efectos beneficiosos sobre la salud. Hay una fuerte correlación entre bienestar, felicidad, salud y longevidad. Ayudar a los demás tiene recompensa.

 

Universidades estadounidenses y europeas han descubierto que la satisfacción generada por las buenas obras puede ser saludable, no solo para nosotros, sino para nuestra descendencia, porque modifica de forma positiva nuestra dotación genética, y porque la tendencia a la felicidad es una característica en buena parte hereditaria, que se trasmite de una generación a otra.

 

En lo más profundo de nuestros circuitos neuronales, la evolución nos grabó una orden y un premio. La orden de que debemos hacer el bien a los demás y que en nosotros mismos estaría la recompensa.

 

La humanidad ha podido sobrevivir a siglos de barbarie gracias al altruismo codificado en nuestras neuronas.

 

El estudio de las emociones positivas, como la gratitud, es un campo nuevo en la psicología que comenzó a finales de los 90. Estudia el poder de las virtudes del ser humano. Uno de los fundadores de este nuevo campo es Martín Seligman de la Universidad de Pennsylvania, cree que “la ciencia de la gratitud se ha convertido en un enfoque central de la psicología positiva en estos últimos años”.

 

“No hay mejor oportunidad para recibir que agradecer por lo que ya tenemos. El agradecimiento abre las ventanas de la oportunidad para las ideas que fluyen en tu camino.” Jim Rohn

La Cruz Roja y la Media Luna Roja disponen a nivel mundial, de 20 millones de voluntarios y voluntarias.
Existen miles de ONGS con millones de voluntarios, dispuestos a ir a donde los envíen a dar lo mejor de sí, sin recibir nada cambio. En realidad, reciben a cambio algo de valor incalculable, como es la experiencia de conocer y ayudar a personas que no tienen nada de nada, pero que, sin embargo, tienen lo más importante de la vida, humildad, bondad, agradecimiento y felicidad. 
En realidad, la solidaridad es inmensa.

 

Existen millones de personas en el mundo que ayudan a los demás de forma generosa y desinteresada. Gracias a estas personas el mundo sigue funcionando un poco mejor. Tú puedes entrar a formar parte de este equipo, y, si no quieres compromisos, puedes ser solidario por tu cuenta.

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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